lunes, 12 de diciembre de 2011

Pequeñas cosas que te descolocan.

Esa persona que visita todos los días a la misma hora tu mente. Alborota tus sentimientos. Rompe tus esquemas. Descoloca tus ideas. Eras feliz. Ahora parece ser que tu felicidad vive ligada a esa persona. Una persona con lo que únicamente hay es amistad. Una persona que te ve como a una amiga. Nada más. Quieres explotar. Quieres expulsar toda esa tensión acumulada pero tambien quieres sonreir y eres feliz solo por el echo de que esa persona te habla todos los días. Una mezcla de sentimientos se apodera de tí. No sabes qué pensar. Quieres decirle todo lo que sientes porque solo con decírselo a tus amigos no es suficiente. Tu cabeza se pierde entre tanta confusión y no te encuentas en tus pensamientos.


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