miércoles, 30 de noviembre de 2011

Se egoísta y piensa en ti antes que en los demás.

Es probable que los problemas más serios que surjan en tu vida sean cosas que ni se te pasaban por la cabeza, de esos que te sorprenden un martes a las cuatro de la tarde. Todos los días haz algo que te de miedo. Canta. No juegues con los corazones de los demás. No dejes que lo hagan con el tuyo. Relájate. Unas veces se gana y otras se pierde. La carrera es larga, y al final solo compites contra ti mismo. Conserva las cartas de amor y tira los recibos del banco. Estírate. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones, aunque no las sigas. Viaja. Limpia el pasado, borra las partes oscuras y recíclalo, dándole más valor del que tiene y sobre todo, dale un sentido a tu vida.



martes, 29 de noviembre de 2011

La amistad.

Algunas veces encuentras en la vida una amistad especial: ese alguien que al entrar en tu vida la cambia por completo. Ese alguien que te hace reír sin cesar, ese alguien que te hace creer que en el mundo existen realmente cosas buenas. Ese alguien que te convence de que hay una puerta lista para que tú la abras. Esa es una amistad eterna. Cuando estás triste y el mundo parece oscuro y vacío, esa amistad eterna levanta tu ánimo y hace que ese mundo oscuro y vacío de repente parezca brillante y pleno Tu amistad eterna te ayuda en los momentos difíciles, tristes y de gran confusión. Si te alejas, tu amistad eterna te sigue. Si pierdes el camino, tu amistad eterna te guía y te alegra.Tu amistad eterna te lleva de la mano y te dice que todo va a salir bien. Si tú encuentras tal amistad te sientes feliz y lleno de gozo porque no tienes nada de qué preocuparte. Tienes una amistad para toda la vida, ya que una amistad eterna no tiene fin.







lunes, 28 de noviembre de 2011

Salta. Ríe. Canta. Se feliz.

A partir de hoy veo todo un poco más claro. El verde ya no es negro, sino verde. Ese río que se desbordaba todas las noches en mis ojos ha quedado vacío, en sequía. He reordenado todas esas ideas que me has alborotado. Sí. Cada día todo lo veo mejor. La música que antes me hacía llorar hoy me hace reír como nunca. Todas esas fotos que nos hicimos que me hacían llorar me hacen pensar. Y me río. Y vuelvo a pensar. Y me vuelvo a reír. No te lo voy a negar. Lo he pasado muy mal por tí. Me has dejado huella. Eres un tatuaje que posiblemente quede ahí para siempre. Es así. Un tatuaje que no se puede borrar, pero tal vez, y solo TAL VEZ pueda disimularse o incluso taparse con otro tatuaje, que eso no quita que el antiguo siga estando ahí. Ahora lo que quiero es aprovechar minuciosamente cada momento que me de la señora vida. Quiero experimentar cosas que antes no había experimentado porque el estar a tu lado lo había evitado. Conocer sitios nuevos, reír como nunca antes lo había hecho. Me gustaría visitar lugares secretos con gente especial. Eso es el principio. ¿El resto? No lo sé. Ya improvisaré. Porque ya no hay tormenta. Ahora brilla el sol como nunca antes lo había hecho. 





domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Mirar hacia adelante? Sí, por favor.

Te quiero. Es muy fácil de decir, pero, ¿cómo iba a saber que lo decías de verdad? Admitámoslo. No puedes querer a nadie en ¿cuánto? ¿tres días? Por favor... Entras en mi vida sin permiso, sin darme razones. Me descolocas. Rompes todos mis esquemas y yo te sigo el juego. Es como si de un libro se tratara. Alguien muy querido te lo recomienda. Te lo empiezas a leer por curiosidad y finalmente quedas enganchada. No puedes parar de leerlo. Sabes que no merece la pena seguir adelante con la historia, pero tienes esa obsesión de querer terminarlo. He tenido que ser fuerte. Me he desatado de estas cuerdas. Me he quitado esta venda que me impedía ver la realidad. He podido cerrar un libro. Tú libro, esa historia que no me aportaba absolutamente nada. 
Ahora tengo en cuenta una cosa: Hay historias perdidas por ahí que me andan buscando y yo las voy a encontrar. ¿Cómo? Eso no lo sé. Pero llegó mi hora. A partir de hoy voy a comerme el mundo.



jueves, 24 de noviembre de 2011

Encontrar el camino.

Dicen que después de algo malo siempre viene algo bueno, que después de la tormenta siempre llega la calma, o que tras tantos días de lluvia siempre aparece el sol. Sin duda es cierto. Me alegro de haberme perdido por el camino, para así haberme dado cuenta de ciertas cosas que sin duda antes no veía, o quizá no quería ver. Hoy lo tengo todo un poquito más claro, y mi objetivo es simplemente vivir el día a día. Hoy todo lo veo positivo, tengo ganas de bailar, cantar, reír, soñar… Si lo pienso soy feliz, recupero mi sonrisa. Y es que lo bueno de perderse, es lo que te encuentras por el camino.



Depende de nosotros

Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida. Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias y que no importa que es lo que tienes en la vida sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo, haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el hecho de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces te tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decirles a esas personas que las queremos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos. Aprenderás que las circunstancias y todo lo que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de todo lo que hacemos.




Personitas que te cambian la vida.

En la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que, por arte de magia, o sin ella, influyen en tu comportamiento y hasta te hacen cambiar tu forma de ser. Despliegan tal red sobre ti que quedas atrapado por su esencia, sea cual sea esta.


¡Eh, tú! Sonríe.

No se trata de ir por la vida con una sonrisa de oreja a oreja para demostrar que soy feliz. Se trata de reír sin darme cuenta. De soñar despierta y no acordarme después. De jugar con fuego, quemarme, y aun así reír, porque es lo único que puedo hacer. Esa sonrisa que se convierte en carcajada en menos de un segundo, y que más tarde, llegará a formar parte de esos momentos irrepetibles que componen mi felicidad.